lunes, 9 de marzo de 2009

solamente dos palabras.



Recorro tu mente, en busca de un pequeño hueco para esconderme, me encanta, despertar con el primer rayo de sol reflejado sobre nuestras caras, poder sentir tu olor, conocer tus sentimientos con tan solo una mirada, recorrer tu piel y encontrar un lugar para estar solos, tus labios, el tacto de tu mano en la mía, todo se entrelaza en mi cabeza, alucinaciones, sentidos, me quedo si respiración, todo es tan perfecto, me pellizco, no es un sueño, sigue, despacio, no termina, tu dulce voz rebotando sobre las paredes de la habitación y yo como una inocente niña te observo, te oigo, en silencio, mientras tu me cuentas historias de esas que a mi me encantan, simplemente porque salen de ti, me quedo embobada, mirando tus rasgos, los veo tan perfectos, no hay defectos, es todo como un paseo por la playa, el agua tocando tu suave piel, el atardecer reflejándose en tu pelo, la brisa calmando el calor, la arena entre tus dedos, el sonido del mar, la gente caminando, miles de sensaciones recorren mi cuerpo en una sola, mi cabeza se llena de pensamientos, de miles de palabras que quieren salir, pero todas quedan retenidas, son un sin sentido de ideas que se mezclan, al final encuentro esa palabra, que resume a todas las demás, por fin, y con un pequeño hilo de voz se escucha te quiero, dos palabras que decían tantas cosas, era como nadar en un mar sin fondo, esas dos simples palabras eran como granos de arena, insignificantes junto al resto pero tan especiales cada una de ellas, cada persona le da un significado distinto, yo le había dado el mío propio, y ese significado eras tú, simplemente eso y nada más, para mi era el único significado que se le podían dar a esas palabras, no había ninguno otro capaz de sustituir al que yo le había dado, no había ninguno otro tan especial.

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